Confidencias musicales, notas de actualidad
El guitarrista Toni Cotolí y el ingeniero Luis Nuño fusionan ‘Sueños’
leer noticia en [themify_icon icon=»fa-hand-o-right» ] Blog de Noelia Baldrich
“Una guitarra en manos de un corazón sensible es capaz de hacerle el amor al alma”, es una cita hallada que armoniza con precisión la experiencia amorosa a la que nos invita las primorosas cuerdas de su guitarra.
Por la boca redonda de Toni Cotolí, internacional guitarrista valenciano, se escapa el compás de un corazón emotivo, entregado, delicado, capaz de iluminarnos los recovecos del espíritu. Con una excelente técnica y una exquisita interpretación este virtuoso concertista nos presenta su cuarto disco de ensueño.
Con 20 piezas cálidas y románticas que derraman una sonoridad original, sutil e ingrávida que dibuja estados de ánimo y metáforas paisajísticas. Pulsa con maestría y duende las cuerdas de nylon -las de acero están reservadas para su cuarteto- para revelarnos Reflexiones y Confidencias de Aquellos días Mirando al Mar en temas como Parte de mí o Pensando en ti. Con la asombrosa Renovación de su toque clásico nos sumerge en sonoridades más modernas de rhythm&blues como Town Desert y Marengo; con la virtuosidad y velocidad de sus dedos recorremos Yerbabuena, danzamos en Voces del Altiplano, vibramos al son de un Camino al Oriente, nos adentramos en un joropo, Llano adentro; y descansamos en Perlas del Caribe, un vals venezolano. Y para queEn el olvido no caiga la canción valenciana para a Tío Toni un tema. Recapitulando: 60 minutos de tonificante y poderoso ejercicio sonoro para darle forma al Silencio aunque sea con una Serenata, pero, siempre, con ternura y ritmo para que la guitarra no se sienta Despechada.
Punteada ya la magia interpretativa de Cotolí, que nos embriaga y extasía, rasguemos ahora en la alta ingeniería compositiva de esta obra rubricada por el valenciano Luis Nuño, Doctor en Telecomunicaciones. Su ingenioso magma de combinaciones rítmicas y melódicas responde al cálculo de su novedosa fórmula, unos ábacos musicales que evitan la tinta rancia de los pentagramas y que arroja acordes, escalas, tonalidades, con la precisión de una calculadora. ¿No fue Debussy, que dijo que «La música es la aritmética de los sonidos”? Pues este matemático de las ondas acústicas se ha propuesto demostrarnos todas las operaciones técnicas que ofrece la guitarra: rasgueado, golpes, tambor, pizzicato, …, así como frases completas en armónicos octavados (el equivalente al falsete en la voz humana). El latido de este instrumento en el intelecto de Nuño y con el corazón de Cotolí esparce una fértil poética guitarrística de efectos especiales que nos toca, acaricia, nos besa,en definitiva, nos hace el amor al alma. Las Seis Cuerdas de Lorca frasean con este verso: “la guitarra hace llorar a los sueños” Cotolí y Nuño hacen llorar, mejor dicho, hacen sonreír a la guitarra para construir sus Sueños (2014, Musice)