Los ‘Aromas de Guitarra’ de Toni Cotolí saben a ‘Oda’
Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Toni Cotolí – [themify_icon icon=»fa-hand-o-right» ] leer noticia
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“Érase una vez, una guitarra y un buen vino que cruzaron sus vidas al borde del camino”. Y del maridaje de estos dos artes, música y enología, nace un proyecto que combina los sentidos, y que convierte su degustación en una portentosa y deliciosa sinestesia: Música para saborear y vino para escuchar. Mágico espectáculo el de catar el arte paladeando las exquisitas sonoridades del guitarrista valenciano Toni Cotolí mientras nos embriagamos con las balsámicas notas de los caldos de Alfred Feenstra. Y es así como se atiende y se aprehende esta finísima obra “vinófila”.
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Una selecta cosecha de célebres composiciones clásicas populares –Asturias de Albéniz, Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega , las 4 Estaciones Porteñas de Piazzola- es servida con cálida maestría, contundente sensibilidad y firme magnetismo por este concertista internacional al compás de unos envolventes toques vinícolas de las bodegas San José y Villavid. Tonalidades de acordes, madera, de campos regados por Puestas de sol (2010) que nos hacen disfrutar de uno de los placeres de la vida: el arte de vivir. Grabada en Benavites, en una torre del siglo XV, partituras y texturas se entremezclan con tal pureza que el deleite sensorial alcanza matices poéticos difíciles de olvidar.
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La sutileza interpretativa de Toni Cotolí (2003), su sutilidad y a la vez rigor expresivo, su alta graduación técnica, su afinada digitación dibujando figuras endiabladamente complejas (trémolo, arpegios, picados) fermentan con técnica de artesano en la riqueza de matices del Monastrell, en la complejidad del Tempranillo, en la intensidad aromática del Verdejo. Sensaciones e impresiones únicas e irrepetibles para el buen degustador de esencias. Y si, además, recreamos la mirada en los dos vídeos musicales Invierno porteñoy Córdoba, que brindan imágenes de tonalidades argentinas y andaluzas, apreciaremos la hondura que este trabajo destila. Porque el conjunto completo tiene Alma y Solera, es fruto de la Amistad que Entre amigos (2007) forja la guitarra clásica y flamenca. Cotolí y Feenstra junto a Javier Zamora y Helena Feenstra ejecutan a través de Miradas y Recuerdos una ambrosía sonora en clave de solidaridad para ayudar a los más necesitados alcanzar sus Sueños (2014).
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En total, 6 cedés y cajas de vino que destinan sus beneficios a la Fundación Jinja Kids, en Uganda. Elevada ya la presentación a Oda, vamos a degustar su quinto álbum abriendo hasta el sexto sentido, acorde imprescindible para percibir la sutileza que demanda este disco. Descorchemos las piezas y pongamos las copas a tono para sentir Aromas de guitarra –Oda– de Toni Cotolí.