Los músicos somos deportistas de élite
Los músicos estamos sometidos a esfuerzos mantenidos en el tiempo, repetitivos y sin evaluación previa de las bases ergonómicas en que desarrollamos nuestra actividad. Esta suma de riesgos laborales puede desembocar a medio o largo plazo en enfermedades que al comienzo causan dolor y con el tiempo, incapacidad parcial y total para ejercer la profesión.
Los músicos deberíamos tener reconocidas las patologías laborales que se derivan de nuestra profesión para poder acceder a tratamientos específicos porque cuando sufrimos una lesión, acabamos afrontándola solos y sin ninguna ayuda.
Por una parte se debe trabajar la ergonomía, el control motor, la percepción somatosensorial, calentamiento, estiramientos y pilates para músicos. La preparación física es muy importante en un músico, pues éstos basan su interpretación en la repetición de movimientos sutiles. Se necesita una buena ejecución del movimiento, resistencia y elasticidad de los músculos, recalcan los expertos sanitarios.
Pero lo más importante es no olvidar el objetivo último: interpretar y crear música. Para ello es de importancia vital entender mejor la música: su forma, su articulación, su lenguaje, armonía, cadencias, estética… para no solo mejorar la técnica de interpretación de guitarra clásica desde el punto de vista técnico, sino también desde el control y percepción de los músculos para corregir dolencias musculares y evitar lesiones, además de la preparación psicológica en el escenario. Y relajar el cuerpo durante la ejecución musical para tocar más suelto y con menos tensiones.